Quisiera decir que me robaron,pero estoy convencida de que yo me deshice de la valentía con la que nací y olvide donde la deje.
Llevo varias noches dándole vueltas a lo mismo, divido las horas intentando convencerme de que todo lo puedo y las horas restantes tiro todo el esfuerzo por envalentonarme, para la mañana siguiente no importa cuanto me esforcé, otra vez tengo miedo, exactamente no sé de qué, pero tengo miedo y es la único certero que puedo afirmar al ras de las palabras.
Pareciera que, un día desperté y contrario a otras veces en dónde sentía que todo lo podía, ahora ya no más, me permití a mi misma minimizar todos mis logros, tire todas mis medallas, quizá alguien más las tiene, y de ser así, yo tampoco las devolvería. Tengo miedo de constantemente tener miedo, pero creo que la cura es, como la cura de mis todos, escribirlo, compartirlo, no quisiera regalarlo, porque nadie lo querría, pero no lo quiero más en mi, en mi casa, en mis sueños, en mi ropa, en mis palabras, porque lo tengo tan presente que he siento que se sienta a la mesa conmigo, a veces creo que puedo verlo, oírlo, compartimos la cena, el camino, la ruta, las mañanas, siempre está, ya no se va.
Pero luego se prende una vela y por momentos se va, pero por alguna razón decido apagarla y no pierde la oportunidad de volver y volver con más fuerza, creo que no le he pedido con la suficiente fuerza que se vaya y que no vuelva más, aquí no existe espacio, pero se aferra, quizá es lo único de lo que debería aprenderle, la fuerza con la que se aferra a mi, que es la fuerza con la que me debería aferrar a mi, a mis logros, a mis éxitos ,a mis vivencias, a mis deseos, a mis sueños, al volante de todos los caminos.
Porque entonces la vela se mantiene prendida.